Depresión… Síntomas y diagnósticos.

img1Son varios los síntomas que pueden presentarse durante la depresión, sabiendo que, cuantos más síntomas aparezcan y cuanto más graves sean, más difícil será la recuperación.

Ánimo o humor depresivo no habitual en el paciente, constante durante todo el día y mantenido en el tiempo de forma casi constante.

Pérdida o ausencia de interés por actividades anteriormente placenteras.

Aumento de la capacidad de fatiga, o pérdida de la vitalidad habitual.

La CIE-10 establece que un episodio depresivo se diagnostica a través de los siguientes parámetros:

  • Estado de ánimo depresivo, de duración no inferior a dos semanas.
  • Situación no atribuible al empleo de sustancias psicoactivas o a la presencia de algún trastorno mental orgánico.
  • Presencia de síndrome somático: en otras clasificaciones se denominan “síntomas melancólicos” o “síntomas endogenomorfos”. Son:
  • Disminución o desaparición del interés y la capacidad de disfrute por las cosas que anteriormente resultaban placenteras.
  • Ausencia de respuestas emocionales ante eventos que, generalmente, suelen desencadenar reacciones.
  • Alteraciones del sueño: es especialmente frecuente la incapacidad de conciliar el sueño (insomnio de conciliación), la de mantenerlo durante más de dos horas consecutivas (insomnio de mantenimiento), o despertarse al menos dos horas antes de la hora prevista.
  • Empeoramiento progresivo durante el día del humor depresivo.
  • Aparición de lentitud en las funciones motoras o agitación.
  • Disminución marcada del apetito.
  • Disminución del peso corporal por descontrol alimentario (aumento o descenso marcado del apetito) de al menos un 5% en el último mes evaluado.
  • Disminución marcada o ausencia de apetito sexual.
  • Pérdida de la autoestima y de la confianza en uno mismo. Sentimiento de inferioridad no justificado prolongado en el tiempo.
  • Auto-reproches constantes y desproporcionados con sentimiento de culpa excesiva e inadecuada.
  • Pensamientos de muerte o suicidio recurrentes, incluyendo tentativas.
  • Disminución de la capacidad de concentración y pensamiento. Suele acompañarse de falta de decisión.
  • En este sentido también es muy importante el papel de la familia a la hora de detectar los síntomas de la depresión.

DEPRESIÓN INFANTIL:Niño

1- Introducción.

La existencia de la depresión en la infancia ha sido cuestionada durante muchos años. En épocas relativamente recientes, existía aun la concepción popular de una etapa infantil en la que no cabían sentimientos de tristeza, abatimiento, preocupaciones o sentimientos de culpabilidad en niños antes de la pubertad. Como se encargaron de demostrar diversos estudios, por desgracia, la existencia de tales sentimientos es una realidad ya a edades tempranas.

A lo largo de la historia, la naturaleza de la depresión infantil ha sido objeto de polémica dentro mismo de la psicopatología. Autores psicoanalistas negaron su existencia alegando que en esta etapa de la vida no está formado el “yo” ni interiorizado el “super yo”. Otros investigadores cuestionaron su validez como entidad nosológica dado que sus supuestos síntomas (llanto, escaso apetito, etc..) forman normalmente parte de un desarrollo evolutivo normal y remiten espontáneamente con el tiempo.

La teoría de la depresión enmascarada (1.972) supuso un avance en el reconocimiento de la depresión infantil. La observación de un estado de ánimo irritable o disfórico en numerosos problemas propios de la infancia y de la adolescencia, como dificultades en el aprendizaje escolar, hiperactividad, conducta anti-social, ansiedad de separación, anorexia nerviosa, rechazo escolar, etc…, llevaron a hipotetizar que la depresión era un trastorno latente que se manifestaba de diferentes formas.

 

2- Sintomatología depresión: niños y adolescentes.

 

Varios autores han propuesto criterios específicos para el diagnóstico de la depresión en niños, si bien, son comúnmente utilizados los del DMS IV aplicados a niños con ligeras matizaciones o los del CIE-10 que son específicos para población infanto-juvenil.
A continuación exponemos, a modo de aproximación a la sintomatología depresiva, los criterios de Weinberg (1.973) que constituyen un conjunto de criterios operativos claros dirigidos específicamente a diagnosticar la depresión en niños.

La posición más extendida actualmente sostiene que la depresión infantil y adulta son semejantes, a pesar de que la edad modula las características y las repercusiones negativas del trastorno.

Respecto a su prevalencia en nuestro país se situaría alrededor del 2 al 3% de la población en niños de 9-10 años aumentando este porcentaje con la edad para situarse entorno a valores superiores al 8% en adolescentes. De todas formas estos datos pueden ser superiores si se contemplan también diagnósticos leves o transitorios de depresión.

Categoría de los síntomas:

1-Síntomas Principales:

1-Estado de ánimo disfórico (melancolía)
a) Expresiones o muestras de tristeza, soledad, desdicha, indefensión.
b) Cambios en el estado de ánimo, malhumor.
c) Irritabilidad, se enfada fácilmente.
d) Hipersensibilidad, llora fácilmente.
e) Negativismo, resulta difícil de complacer.

2- Ideación autodespreciativa
a) Sentimientos de inutilidad, incapacidad, fealdad, culpabilidad (concepto negativo de uno mismo).
b) Ideas de persecución.
c) Deseos de muerte.
d) Deseo de huir, de escaparse de casa.
e) Tentativas de suicidio.

2-Síntomas Secundarios:

3- Conducta agresiva (agitación)
a) Dificultades en las relaciones interpersonales
b) Facilidad para riñas o discusiones.
c) Poco respeto a las figuras de autoridad.
4- Alteraciones de sueño
a) Insomnio inicial.
b) Sueño inquieto.
c) Insomnio tardío.
d) Dificultad para despertar por la mañana.
5- Cambios en el rendimiento escolar
a) Quejas frecuentes de los maestros, pobre concentración, dificultades en la atención.
b) Disminución del esfuerzo habitual en tareas escolares.
c) Pérdida del interés en actividades extraescolares.
6- Socialización disminuida
a) Menor participación en grupo.
b) Menos simpático o agradable con los demás.
c) Retraimiento Social.
d) Pérdida de los intereses sociales habituales.
7- Cambio de actitud hacia la escuela
a) Pérdida de placer en actividades escolares
b) Negativa o rechazo a ir a la escuela.
8- Quejas somáticas
a) Cefalalgias no migrañosas.
b) Algias abdominales.
c) Otras preocupaciones o quejas somáticas.
9- Pérdida de la energía habitual
a) Pérdida de interés por actividades y entrenamientos extraescolares.
b) Disminución de la energía, fatiga física o mental.
10- Cambios en el apetito y/o en el peso habitual.

Según este modelo, para establecer el diagnóstico de depresión deben concurrir dos síntomas principales y al menos dos de secundarios. Estos síntomas deberían persistir al menos durante cuatro semanas consecutivas. Dichos síntomas deben constituir un cambio significativo respecto al funcionamiento anterior del niño.

3- Tipos de Depresión:

1- Primaria versus secundaria.
Hace referencia a que la depresión es el trastorno principal o bien es consecuencia de un problema médico o psicológico (p.e. drogadicción).
2- Unipolar versus bipolar.
La primera se manifiesta sólo con episodios depresivos mientras que la segunda cursa alternativamente con ciclos de depresión y manía (euforia).
3- Depresión mayor versus distimia.
Para contemplarse el diagnóstico de depresión mayor, la más severa de las formas de depresión, deben cumplirse los criterios diagnósticos señalados en el D.S.M.-IV. Los otros tipos de depresión pueden hacer referencia a estados depresivos durante ciclos prolongados pero sin cumplir los criterios diagnósticos.
4- Endógena versus Exógena.
Hace referencia al tipo de causa desencadenante; interna (p.e. déficit funcional de noradrenalina) o externa (pérdida de un ser querido).

4- Causas de depresión:

En la depresión infantil, al igual que ocurre con la de adultos, concurren varios mecanismos o factores que suelen interactuar constituyendo el origen del desarrollo de los estados de depresión en niños y jóvenes. Los principales son los biológicos, genéticos, socio-familiares, estilos de vida y los psicológicos que se explican en el próximo apartado.

1- Factores Biológicos.
Se han efectuado diferentes estudios para averiguar las posibles causas psicobiológicas y psicofisiológicas de la depresión en población infantil. Los estudios han intentado replicar los resultados hallados en población adulta. Los resultados no han estado concluyentes.
Algunas líneas de investigación han planteado la hipótesis del déficit funcional serotinergico como elemento facilitador del trastorno afectivo, pero, tampoco sin poderse llegar a conclusiones definitivas.
2- Factores Genéticos.
Según diversos estudios efectuados, los factores genéticos podrían explicar un porcentaje elevado (50%) de la varianza en la transmisión de los trastornos afectivos. Los estudios familiares que evalúan hijos de padres deprimidos han verificado que la posibilidad de que éstos lleguen a desarrollar el trastorno es entre 3 y 6 veces más elevada en comparación con niños que no presentan este factor de riesgo. Igualmente, el riesgo de desarrollar otra psicopatología, como ansiedad o incluso trastornos de conducta, es también mayor. De todas formas se habla de factores predisponentes no causales. La presencia o no del trastorno y su tipo en población de riesgo, dependería de los factores internos del sujeto interactuando con el entramado de circunstancias personales, familiares y sociales.
3- Factores Socio-familiares.
Parece bastante probable que un factor determinante en la aparición y mantenimiento del trastorno, está estrechamente relacionado con el entorno familiar. La depresión sería resultado, entre otros factores, de una pobre interacción padres – hijos. Estudios realizados al efecto han demostrado diversas características interactivas familiares peculiares entre los que destaca: baja implicación paterna y alta sobreprotección materna, más conflictos familiares, más problemas de comunicación, más irritabilidad, más abuso y negligencia. En el caso de padres depresivos, la transmisión de la depresión no implica, por tanto, sólo influencias genéticas sino que también conlleva influencias psicosociales.
Si bien el tipo de interacción puede relacionarse como causa de depresión a través de modelos psicológicos (conductuales, cognitivos) y biológicos, para algunos autores el conflicto familiar podría ser la respuesta de los padres a los problemas del hijo, o en otros casos, la depresión podría contribuir al mantenimiento del problema parental.
4- Factores estresantes.
Aquí se pueden incluir los factores externos que cursan generando un estado de estrés continuado. Es el caso de las separaciones, divorcios o discordia de la pareja. El elemento relevante para el niño no es tanto la ruptura en sí, sino, el estado en que queda la relación afectiva entre los padres. Una relación de amenazas, coerciones, etc. produce evidentemente una transición con más carga emocional para el niño y lo hace más vulnerable al desarrollo de la patología.
Otro factor potencialmente generador del trastorno es el caso de pérdida de un ser querido, especialmente en niños ya frágiles. La perdida de la madre o padre puede requerir, dependiendo de la edad, una atención especializada para facilitar el proceso de duelo. Ello puede ser especialmente necesario en aquellos casos de muerte repentina o en accidentes de tráfico.